El efecto electoral golpeó fuerte al mercado automotor. La decisión del Gobierno de devaluar el peso este lunes por la mañana paralizó inmediatamente las operaciones en el sector.
Desde varias terminales comunicaron a su red de concesionarias que se suspendía la facturación hasta que se decidiera la política comercial a seguir.
Stellantis, Ford y Volkswagen fueron las que más rápido reaccionaron a la suba del dólar. En otras marcas se siguió operando con los vehículos que estaban asignados, pero no se tomaron nuevos pedidos.
Según distintas agencias, se espera que en las próximas horas lleguen las nuevas listas de precios con aumentos que se estiman entre 13% y 15%, para los 0k que expresan su cotización en pesos.
Este incremento se suma al ajuste que ya tuvieron los autos, a comienzos de mes, como consecuencia del recargo impositivo de 7,5% que se aplica sobre la importación de 0km y piezas.
El 40% del mercado se abastece con modelos que llegan del exterior, mientras que los nacionales sienten el impacto de un encarecimiento de los insumos importados, que representan alrededor del 60% de las piezas que se utilizan para la fabricación.
Entre las dos actualizaciones de precios, los 0km acumularán una suba cercana al 30%, comparado con los valores de julio.
En julio se patentaron cerca de 44.000 unidades. Para agosto, se esperaba un mercado de 36.000 debido al recargo impositivo. Ahora, las proyecciones son menos optimistas y se señala que estará por debajo de 35.000.
La suba de precios va a frenar la demanda, pero también los vendedores cuidarán sus stocks ante la incertidumbre de los precios de reposición.
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