A pesar de los constantes anuncios del intendente Adalberto Papp sobre los operativos de recambio de luminarias en Villa Ángela, la realidad que viven los habitantes de la ciudad dista mucho de las publicaciones optimistas que aparecen en las redes sociales. Si bien el jefe comunal se muestra satisfecho con los avances y asegura que la modernización del sistema de alumbrado público está en marcha, los villangelenses siguen enfrentando calles oscuras que, lejos de mejorar, parecen multiplicarse.
La falta de iluminación en diversas zonas de Villa Ángela no es un fenómeno nuevo, pero lo que resulta aún más alarmante es la disparidad entre los anuncios oficiales y la experiencia diaria de quienes transitan por las calles. Si bien algunas avenidas principales y portal de ingreso han recibido mejoras, pero los barrios periféricos, las plazas y las calles secundarias continúan sumidas en la oscuridad, poniendo en peligro la seguridad de los vecinos y dificultando la vida cotidiana.
Los operativos de recambio de luminarias, si bien son bienvenidos en muchos sectores de la ciudad, parecen no tener la cobertura necesaria para llegar a todos los rincones de la comunidad. Es como si el esfuerzo se centrara en puntos estratégicos, más visibles para las cámaras y las redes sociales, mientras que las zonas alejadas continúan olvidadas por la gestión municipal. Esta disparidad de atención genera enojo entre los vecinos, que se sienten invisibilizados y desatendidos.
La falta de un sistema de alumbrado eficiente no solo afecta la seguridad, sino también la calidad de vida de quienes viven en la ciudad. Las calles oscuras no son solo un problema estético o de confort, sino que incrementan los riesgos de accidentes, robos y otros delitos.
Es urgente que el municipio tome conciencia de la situación y se comprometa a una distribución más equitativa de los recursos destinados a la iluminación pública. Los operativos de recambio de luminarias deben llegar a todos los rincones de la ciudad, no solo a los puntos más visibles desde una cámara o desde el escritorio de los funcionarios. La promesa de una Villa Ángela iluminada debe ser una realidad para todos, sin excepciones ni amiguismo. Los vecinos merecen más que palabras en las redes sociales; merecen ver la luz en sus calles.