El decreto presidencial habilita a las Fuerzas Armadas estadounidenses a entrenar en tres bases navales argentinas. La medida se toma sin aval del Congreso y genera críticas por el costo y las implicancias estratégicas y de soberanía.
El gobierno de Javier Milei firmó el Decreto de Necesidad y Urgencia (DNU 697/2025) que autoriza el ingreso de tropas de Estados Unidos a territorio argentino para participar del ejercicio militar conjunto “Operación Tridente”. Las maniobras se desarrollarán entre el 26 de octubre y el 15 de noviembre en las bases navales de Mar del Plata, Ushuaia y Puerto Belgrano, además de áreas marítimas y terrestres destinadas al entrenamiento especializado. El convite le costará al Estado 60 millones de pesos.
Según el documento oficial, la medida tiene como objetivo “intercambiar procedimientos, técnicas y tácticas de entrenamiento entre Fuerzas Especiales” para mejorar la coordinación multinacional, la capacidad de respuesta inmediata y el uso de tecnologías avanzadas. La Armada Argentina será la encargada de financiar la estadía de las tropas extranjeras, con un presupuesto estimado de $60.211.157.
Fuentes del Ministerio de Defensa señalaron a este diario que la millonaria suma destinada a la operación forma parte del presupuesto asignado a la Armada dentro de la jurisdicción Defensa. Desde el Ejecutivo, en tanto, defendieron la medida como una “oportunidad estratégica para potenciar las capacidades nacionales”.
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