El actual intendente de Villa Ángela, Adalberto “Titi” Papp, fue sin dudas uno de los grandes derrotados de esta elección. A pesar de poner el cuerpo y el peso de su figura al servicio de la campaña de Chaco Merece Más, los números lo dejaron mal parado: su ciudad le dio la espalda y el resultado fue aún peor que el promedio provincial.
Papp intentó todo. Paseó al exgobernador Jorge Capitanich por una de las obras de pavimento local como símbolo de gestión. Inauguró un local partidario junto a Eli Cuesta, intentando revitalizar la mística justicialista. Sin embargo, nada alcanzó. Ni el aparato, ni las fotos, ni las reuniones silenciosas que buscaban sostener su imagen. La estrategia camuflada no dio resultado.
En Villa Ángela, Chaco Merece Más obtuvo apenas el 29% de los votos, cuando a nivel provincial alcanzó los 30 y pico. El dato es elocuente: el intendente no solo no sumó, sino que restó. ¿Estamos frente a un “corazón partío”? Puede ser. Lo cierto es que su figura parece haber sufrido un desgaste profundo, reflejo del malestar creciente en la ciudadanía por demandas no atendidas, promesas incumplidas y una conducción política que no logra renovarse.
Papp apostó fuerte: se alineó con Gustavo Martínez, con Coqui, con Eli Cuesta y Domingo Peppo. Pero no logró retener ni siquiera el caudal de votos que en su momento le dieron la intendencia. La caída es visible y preocupante. Y la pregunta que empieza a circular con fuerza es: ¿será nuevamente jefe de campaña en octubre? Hoy, es una gran incógnita.
Mientras tanto, Chaco Puede Más – La Libertad Avanza se consolida en Villa Ángela como la nueva fuerza dominante, capitalizando el descontento y ofreciendo una alternativa a una dirigencia que, como en el caso de “Titi” Papp, parece haber agotado su ciclo.
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