Días atrás [8/7/25], desde Villa Ángela Hoy planteamos públicamente una pregunta simple, pero clave: ¿Dónde están los camiones con bateas que la Municipalidad de Villa Ángela adquirió mediante compra directa, con aprobación del Concejo Deliberante?
En aquel momento, solo se había exhibido uno de los dos camiones prometidos, mientras que el otro permanecía —literalmente— fuera del radar. A la par, el propio Ejecutivo municipal seguía contratando fletes a terceros, una contradicción que no pasó inadvertida para la ciudadanía ni para este medio.
Sin embargo, parece que la pregunta incomodó. Y a veces, incomodar da resultados.
Hace algunas horas, una empresa automotriz de Charata publicó en sus redes un posteo agradeciendo a la Municipalidad de Villa Ángela —Gestión Adalberto Papp— por la adquisición de una batea volcadora Ombú 27m3, detallando sus características y peso de carga.
“¡Gracias Municipalidad de Villa Angela!”, dice el posteo que confirma que el segundo camión, hasta ahora fantasma, estaría a punto de pisar suelo villangelense.
La noticia, por supuesto, debería alegrarnos: es un bien de todos los villangelenses, adquirido con recursos públicos y destinado, en teoría, a mejorar los servicios y optimizar obras.
Sin embargo, persiste una pregunta:
Si la licitación original —o al menos así fue aprobada por el Concejo— la había ganado una empresa de Santa Fe, ¿cómo es que ahora aparece en escena una automotriz de Charata como proveedora? ¿Se respetó el pliego original? ¿Hubo una modificación? ¿Qué pasó en el medio?
Son dudas que merecen una respuesta clara.
Porque detrás de cada compra con fondos públicos debería existir transparencia y coherencia.
Por lo pronto, nos alegra que el segundo camión esté en camino. Pero no olvidamos: la función del periodismo es incomodar cuando hace falta. Y la de los concejales electos por voluntad popular es controlar y, si corresponde, investigar.
Seguiremos atentos. Porque los bienes públicos son de todos. Y preguntar nunca molesta: molesta no tener respuestas.