En 2019, el intendente Adalberto Delfino Papp anunciaba con entusiasmo la compra de una máquina para hacer cordón cuneta, supuestamente proveniente de Córdoba y con un costo de 600 mil pesos. El argumento era simple y sonaba lógico: “Cuando hacés cordón cuneta y tirás el ripio, dura más porque no se lava”, decía Papp.
Cinco años después, la pregunta es brutal: ¿Dónde está la máquina?
Porque si de promesas se tratara, Villa Ángela tendría sus calles tapizadas de cordón cuneta. Pero la realidad es otra: barrios enteros siguen sin obras básicas, el ripio desaparece con la primera lluvia y la famosa máquina brilla por su ausencia.
¿Llegó? ¿Funcionó? ¿Alguien la vio trabajar? ¿Cuántos metros de cordón cuneta se hicieron con esa inversión? ¿Sigue siendo del municipio? Nadie lo sabe. O nadie quiere decirlo.
Mientras tanto, el discurso quedó archivado en algún video de archivo, como tantas promesas que se desintegran cuando la cámara se apaga.
Pero la plata sí salió? Y si salió, alguien la cobró?
600 mil pesos en 2019 no eran un vuelto. Hoy serían millones. Pero para el vecino común solo quedan zanjas desbordadas, calles de barro y dudas que nadie responde.
¿Va a dar explicaciones el intendente? ¿Va a mostrar la máquina?