Mary, vecina del Barrio Sur, se animó a ponerle voz a un reclamo que lleva más de 13 años de espera y promesas incumplidas. Su pedido refleja la frustración de decenas de familias que viven y trabajan todos los días en una zona que, a pesar de ser habitada por trabajadores y familias organizadas, parece estar olvidada por las autoridades municipales.
«Este barrio se hizo hace como 13 años, jamás tuvimos a nadie de la municipalidad que nos diera una mano. En su momento, nos pusieron el alumbrado y la luz porque ni eso teníamos. También pasar la máquina para marcar las calles. Hoy seguimos esperando lo mismo: cuatro cuadras de ripio, nada más», contó Mary.
El reclamo no es nuevo: hace ocho años, cuando asumió la intendencia Adalberto Papp, los vecinos recibieron la promesa del ripio que nunca llegó. Incluso firmaron notas con firmas de todos los frentistas, pero la respuesta siempre fue la misma: silencio o excusas presupuestarias.
«Desde el asfalto del hospital hasta la Paraguay son apenas cuatro cuadras. Es una arteria principal porque toda la gente del Lote Pastoril pasa por acá para ir al hospital. También los chicos, los maestros, la gente que trabaja. En días de lluvia es imposible salir. De noche es tierra de nadie: las calles están oscuras y abandonadas», agregó.
Los vecinos piden algo tan básico como transitar dignamente y poder moverse sin embarrarse hasta la rodilla cada vez que llueve. Piden que se cumpla lo prometido: un mínimo de infraestructura para vivir mejor.
«Nos gustaría que alguien venga, filme, saque fotos y lo haga público. Queremos que Villa Ángela sepa que este barrio existe y que hace años pelea solo».