Una nueva polémica se desató en Villa Ángela tras la difusión de un comunicado oficial del Municipio respecto a las obras que lleva adelante la empresa estatal SAMEEP. En dicho comunicado, el Ejecutivo afirma que autoriza «toda obra que beneficie a la comunidad», pero aclara que lo hace sólo si se cumplen ciertos requisitos: fecha de inicio, plazos de ejecución y demás detalles técnicos.
Lo llamativo es que ese mismo Ejecutivo, que exige transparencia absoluta a una empresa estatal, vetó recientemente un pedido de información técnica impulsado por el Concejo Deliberante sobre la obra de pavimentación que se ejecuta en la ciudad. El planteo surgió no solo por inquietudes de concejales, sino también por el reclamo de vecinos sobre la calidad del suelo, el tratamiento de los desagües y otros aspectos técnicos fundamentales.
“El pedido era legítimo. Solo queríamos saber cómo se está trabajando, en qué condiciones y con qué criterios. Pero el Ejecutivo lo vetó, y no pudimos revertirlo por un voto. Nos quedamos sin la información”, expresaba en una nota anterior el presidente del Concejo, Dr. Buyatti.
La contradicción no es sólo institucional: también es visual y concreta, y queda en evidencia en el cartel colocado sobre la obra de pavimento finalizada en calle Tucumán, cerca a la sala Otaño (Dónovan y Tucumán), donde únicamente se promociona la construcción sin brindar ninguna información clave como fecha de inicio, plazos de ejecución, responsable técnico ni monto presupuestado. Justamente lo que el propio Municipio exige a otras instituciones como SAMEEP.
A su vez, según trascendió, SAMEEP ya había presentado un informe meticuloso detallando los trabajos ya realizados y los que se encuentran proyectados. Aun así, el Municipio demoró las autorizaciones hasta que el tema tomó estado público.
“El doble discurso es claro. Al Concejo se le niega información sobre una obra pública financiada con fondos públicos, mientras que a una empresa estatal se la condiciona a entregar datos que ya había presentado”, expresaron.
La ciudadanía asiste así a un preocupante ejercicio de discrecionalidad: control férreo hacia afuera y opacidad hacia adentro, cuando se trata de responder ante el órgano de control natural que es el Concejo Deliberante.
«Haz lo que yo digo, no lo que yo hago» parece ser, tristemente, la política de gestión y comunicación que se impone en Villa Ángela.