En una jornada marcada por la emotividad y el recogimiento, Emilia Fernández, de 94 años, realizó su segundo viaje a las Islas Malvinas para rendir homenaje a su hijo Roberto Luis Fernández caído durante el conflicto de 1982. La visita tuvo lugar en el marco del 31º viaje organizado de familiares al Cementerio Argentino de Darwin, interrumpido durante el gobierno de Alberto Fernández y reanudado recientemente.
El contingente estuvo compuesto por 150 familiares, entre padres, madres, hermanos e hijos, muchos de los cuales visitaban por primera vez las tumbas de sus seres queridos. El viaje priorizó la participación de padres y madres de avanzada edad, con 26 de ellos superando los 85 años. En algunos casos, fue necesario gestionar sus pasaportes en tiempo récord debido a que nunca habían viajado ni volado.
Cerca de las 10:30 de la mañana, las combis que trasladaban a los familiares llegaron al cementerio. Emilia Fernández, en silla de ruedas y visiblemente frágil, acaparó las miradas de todos al permanecer junto a la tumba de su hijo durante toda la visita. Acompañada por su nieto Luis, quien lleva tatuado en su brazo izquierdo el dibujo que se volvió icónico tras su publicación en Infobae, la imagen de Emilia frente a la tumba de su hijo sigue siendo un símbolo de amor y memoria. En esta ocasión, colgó flores tejidas al crochet en la cruz blanca que marca el lugar de descanso de su hijo.
La ceremonia permitió a los familiares pasar dos horas en intimidad junto a las tumbas, un tiempo en el que afloraron historias, recuerdos y emociones. Para muchos, compartir esas memorias es una forma de mantener vivo el legado de los caídos en Malvinas.
Este viaje no solo significó un reencuentro con la memoria de los soldados, sino también un acto de profundo significado para familias que, a pesar de los años, siguen buscando justicia, paz y reconocimiento.
// con información de Infobae